julio 9, 2024

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José Gai Hernández: «Nuestro pequeño Leonardo»*

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Un día tras la muerte de José Gai -ocurrida el sábado 15 de junio de 2019- Las Últimas Noticias publicó una nota destacando lo que decía el recordado periodista Eugenio Lira Massi sobre el recién fallecido, tras acogerlo en la redacción del diario Puro Chile en los albores del gobierno de Salvador Allende. Lira Massi lo llamó simplemente “Nuestro pequeño Leonardo”.

Nunca supe cómo hizo para organizar con eficacia la diversidad de sus talentos y producir obras de incuestionable solidez. Fue periodista, escritor, caricaturista, ilustrador, humorista gráfico (era un ferviente admirador del “Negro” Fontanarrosa) y pintor (incluso Joan Manuel Serrat lo llamó para felicitarlo por los cuadros inspirados en sus canciones). En 1979 la Federación Chilena de Boxeo organizó un Curso de Árbitros dictado por Luis Valenzuela, hoy Gerente de Boxeo del popular Club México. Gai, que cubría veladas pugilísticas para Las Ultimas Noticias, asistió al curso y en el examen final obtuvo el primer lugar. Sin embargo, no asistió a la graduación dejando en claro que solo le interesaba aprender el máximo sobre esa ruda disciplina deportiva.

 “Que venga el mejor periodista de este diario” solía exclamar -a inicios de los 80- Raúl González Alfaro, el temible subdirector de Las Últimas Noticias, para encargar a José Gai algún tema complejo. La frase sonrojaba al convocado -una de cuyas virtudes era la modestia- nos regocijaba a quienes éramos sus amigos y enfurecía a varios envidiosos que pululaban en la crónica del citado matutino, hogar periodístico de Pepe durante más de 20 años.

            A la sazón, el diario aún funcionaba en calle Compañía. Su Edición Nocturna -al mando de un ex trapecista oriundo de Punta Arenas e informante de los pacos- se había convertido en una suerte de “corte de los milagros”, en la que desfilaban desde el atardecer personajes de la agónica bohemia santiaguina que poco contribuían a la exigente labor periodística de la noche.  Gai se hizo cargo de esa vilipendiada edición, imprimiéndole un sello de rigurosidad  en la cobertura ante el surgimiento de noticias, que siempre ocurren tras el cierre de la primera edición. En ese tiempo ya poseía una mirada escéptica frente a los hechos y un espíritu crítico labrados en años de oficio.. Era una época de restricciones a la libertad de expresión, plagada de comunicados oficiales del régimen, situación que constituía un reto que más de alguna vez sorteamos.

EL DOBLE FUSILAMIENTO

            La condena a la pena capital de los carabineros Carlos Topp Collins y Jorge Sagredo Pizarro -culpables de diez asesinatos y cuatro violaciones, que habría de cumplirse en la madrugada del 29 de enero de 1985 en el penal de Quillota- confirmó la capacidad de Pepe para acometer importantes funciones en forma casi simultánea.

            La crónica del suceso debía escribirla -como enviado especial- el Editor de Policía (el removido ex Editor Nocturno). El hombre abusó de la previa y, debido a su avanzado estado etílico, Gendarmería le vedó el ingreso al penal. Por fortuna para las Ultimas Noticias, la jefatura también había mandado a José Gai, como ilustrador, ya que el extraño reglamento no permitía el ingreso de fotógrafos. De manera tal que debió arreglárselas para reportear e ilustrar la última de las ejecuciones efectuadas en Chile, por cuanto la pena máxima -instaurada en 1875- fue abolida en el 2001.

“El rito espeluznante” se tituló la crónica de José Gai, catalogada como la mejor nota periodística sobre la doble ejecución. Tras la descarga de los 16 fusileros, el autor describe así la escena: “Pero todo no había terminado. El rito todavía tenía una prolongación dolorosa. Ambos fusilados presentan signos vitales. Topp aspira dos o tres veces. Uno de los doctores se acerca a examinarlo. Finalmente constata su muerte. Pero su colega sigue examinando a Sagredo. Le levantan la cabeza y le pulsan la yugular. La cabeza cae hacia adelante y salen cuajarones de sangre por su boca. Se repite el examen y la cabeza del fusilado vuelve a caer. Tras seis minutos que parecen eternos los médicos constatan su muerte. El alba empieza a despuntar. Es otro día de vida para muchos. Pero para todos los protagonistas y partícipes de lo que acaba de suceder, un pedazo de esa vida quedó tras las rejas”.

“Los reporteros tratan de reanimarse- concluye Gai- y conversan sobre la experiencia. Se habla sobre la validez de la pena de muerte. Es un error, opina uno. Y un horror, agrega otro”.

En ocasiones, conversé con Pepe respecto al macabro suceso y me confesó que lo había afectado profundamente ya que -dada su sensibilidad de artista- el impacto debió ser muy fuerte al presenciar ese brutal acto de represalia perpetrado por el Estado. También hablábamos sobre la imprecisión de los fusileros (los ejecutados no fallecieron de inmediato) pese a que los gendarmes abrieron fuego a pocos metros, sobre blancos inmóviles, con un disco rojo colocado a la altura de sus corazones. Concluimos que se debió en parte al nerviosismo y también al arma utilizada: metralletas UZI. Pero no pudimos dilucidar la razón del uso de semejante armamento, bastante inadecuado para fusilamientos.

Años más tarde, en su libro “Punto de Fuga”, el ex Director de Gendarmería Claudio Martínez, aclara el punto. El señala que Pinochet despojó a Gendarmería de sus armas largas, las que fueron reemplazados por las citadas UZI -de fabricación judía- precarias en cuanto a precisión y muy inferiores a los confiables fusiles suizos fabricados por la Schweizerische Industrie Geselllschaft. La decisión del dictador -según Martínez- se debió a su sorpresa, durante la Parada Militar de 1974 al contemplar el desfile de un cuerpo dotado de armas de guerra, ajeno a las Fuerzas Armadas y a Carabineros.    

LOS COMIC´S Y UNA GRAN NOVELA NEGRA

Bajo el seudónimo de El Giotto (el florentino pintor, muralista, escultor y arquitecto, uno de los protagonistas del Renacimiento) colaboró en la revista opositora Cauce, con su historieta El Kiosco caracterizada por punzantes viñetas contra la dictadura. Yo era Jefe de Informaciones de la mencionada revista y debía recibir sus trabajos. Fue una grata labor que nos permitía reírnos de los avatares de la contingencia y acudir a míticos lugares como el Pit Bar donde departíamos -en ocasiones – con aquellas chicas de siempre jamás. En una de esas jornadas, mostró -entre sus típicas carcajadas- un ejemplar de la revista argentina Fierro, donde titularon “Dos chilenos, uno Gay” en respuesta a cartas enviadas por él y otro compatriota.

Su legado literario incluye a “Capitán Garra”, novela gráfica de ambientación histórica compuesta por dos tomos (“Los lobos del desierto” y “Morirás en la Frontera”) cuyo protagonista es Joaquín García un héroe de la Guerra del Pacífico que guarda alguna semejanza -a guisa de tributo- con Corto Maltés, el célebre personaje creado por Hugo Pratt. Esta obra, en particular, fue muy querida por Gai y trabajó varios años en ella -con grafito y tiralíneas- porque “hice los dibujos a la antigua, sin recurrir a la tecnología computacional”, según confesó en el programa “Viñetas del fin del mundo” de Carlos Reyes (está subido a Youtube). “Capitán Garra, es hora de morir capitán” así tituló Gai a la tercera parte de la saga, la que nunca llegó a publicar porque sucumbió ante un cáncer de médula luego de cuatro años de lucha.

            En la revista de cine Enfoque, número 8, “La última de Sam” -en una página de nueve viñetas- se dio el lujo de incorporar a los hermanos Marx, Laurel y Hardy, ET, John Wayne, Superman, Frankestein, al ratón Mickey, al pianista Sam, a Humphrey Bogart y a Orson Welles. En esa publicación también supo incluir caricaturas de William Faulkner y Erguei Einstein. Curiosamente todos esos trabajos llevan su firma, tal vez un guiño a su declarado fervor por el Séptimo Arte.

Pudo ser que la clásica película de cine negro El Tercer Hombre (protagonizada por Orson Welles, con guion de Graham Green) motivara a Gai hacia el género policial y lo condujera a escribir “Las Manos al fuego”.

En su obra “Canon, cenizas y diamantes de la narrativa chilena” el mismo Marks define a “Las manos al fuego” como “La mejor novela policial que se ha escrito en Chile. Compleja, bien construida, de real calidad literaria -y, en consecuencia, de un estilo que refleja el tono anárquico, poético, a veces subversivo y paranoico de estos relatos- la historia no palidece al lado de los clásicos norteamericanos que evoca: Chandler, Highsmith, Hammet, Woolrich. Gai evita toda concesión, huye del cliché, sorprende, elabora una trama sutil, colmada de equívocos, donde cualquiera definición del bien o el mal, cualquiera posibilidad de exponer a los personajes en términos claros -malvados, crueles, generosos, altruistas- se halla excluida desde la primera hasta la última página del relato”.

  El libro recibió el Premio “José Nuez Martín” de la Facultad de Letras de la Universidad Católica como “Mejor novela editada en el período 2005-2006”.

Otro aporte de Gai fue la historieta Ñoñobáñez -publicada desde 1982 hasta el 2000 bajo el seudónimo Malatesta (ese gran anarquista italiano). En ella se permitió una licencia inusual al caricaturizar a varios de los periodistas de LUN en una conferencia de prensa del entrenador de la Roja al regreso de un nuevo fracaso en Ecuador. En ella figuran Alejandro Darío Molina, Miguel Merello, Raúl Merino, Hércules Zamorano, María Angélica Rivera, Mónica Guerra, el “Flaco” Kossak, Pedro Soto, Daniel Matas, Manuel Sepúlveda y el autor de estas líneas, cada cual formulando una pregunta que reflejaba con precisión su personalidad.

El mencionado comic´s -por supuesto- indignaba al guatón Santibáñez que presionaba a las autoridades para que fuese censurada. Por fortuna, nadie le hizo caso y junto a “Sabor a gol” (publicado en 1997) constituyen hitos de humor gráfico sobre el fútbol chileno, cuyos protagonistas “Están retratados a través de sus debilidades, torpezas y aciertos, que pueden hacerlos risibles a veces, pero sobre todo humanos y, por lo tanto, queribles” como escribió el propio autor.

La última vez que hablamos con Pepe Gai -ese “Artista del periodismo y la ilustración” como lo definiera el escritor Jorge Montealegre- sucedió en el Paseo Huérfanos, ocasión en que comentamos la notable historieta As de Pique (publicación de Toutain Editor de Barcelona, ilustrada por el argentino Juan Jiménez). “En esa revista deberías haber trabajado tú, Caballito. Ya que tanto te gusta dibujar aviones” me dijo al despedirse, alejándose muy erguido hacia el oriente.  

*Texto del periodista Ariel Poblete, publicado por la Universidad de Chile en el libro digital “Para que nadie se quede atrás”.

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