Quimantú: Un millón de libros en solo seis meses
3 minutos de lecturaCon gran presencia de público, la Biblioteca Nacional (Alameda 651, Galería de Cristal) está realizando la exposición virtual “Quimantú: 50 años de la revolución de los libros”, evento que estará abierto hasta el 31 de mayo.
La historia de la Editorial Nacional Quimantú -que llegó a ser la más grande e importante del país- comenzó a forjarse el 12 de febrero de 1971, cuando el Gobierno de Salvador Allende decidido a promover la cultura en los sectores populares de forma masiva, adquirió la empresa Zigzag que atravesaba por problemas laborales y económicos.
Uno de sus hitos más relevantes fue que antes de transcurridos seis meses de funcionamiento, llegó a imprimir un millón de libros, cifra récord de producción y de ventas en la historia editorial chilena y latinoamericana.
El abanico de sus publicaciones abarcó -entre otras- las colecciones de libros Nosotros los chilenos, Quimantú para todos, Cuadernos de Educación Popular, Camino Abierto y Clásicos del Pensamiento Social y revistas tales como la infantil Cabrochico, la juvenil Onda, Paloma para el público femenino; la revista Cultural Quinta Rueda; las informativas Ahora, Mayoría y La Firme y la revista de deportes Estadio.
Entre los aciertos de Quimantú -palabra que en mapudungun significa “sol del saber”- destaca el triunfo de sus trabajadores sobre el sector reformista del gobierno de la Unidad Popular cuando lograron publicar la monumental “Historia de la Revolución Rusa” de León Trostky, el fundador del Ejército Rojo, quien explica que solo la insurrección armada de obreros, campesinos, estudiantes y soldados puede liquidar al régimen capitalista, postulado vigente hasta hoy y que al ser descartado por Allende facilitó el Golpe cívico-militar del 11 de Septiembre.
La victoria de la burguesía significó la desaparición de Quimantú, y la inquisitorial quema de libros perpetrada por los militares, lacayos de los empresarios que no podían perdonar que el objetivo de la editorial había sido la democratización del libro y la lectura mediante la producción masiva y una eficiente distribución que abarataran los costos que incluyó la llegada a los kioscos de diarios y una vinculación directa con sindicatos y organizaciones sociales a nivel nacional.
Además de la nutrida producción propia ya citada, en los talleres gráficos de la editorial estatal se imprimía el excelente semanario de información política Chile Hoy, fundado en 1972 por la periodista Marta Harnecker, entre cuyos ilustradores destacaban Palomo, Oski y la pintora chilena Pilar Bustos, hoy radicada en Ecuador.
Gran polémica suscitó -en los meses previos al Golpe de Estado- la publicación del libro Capítulos de la Historia de Chile, de Ranquil, seudónimo de la pintora Lucy Lortsch. Esta obra de divulgación pretendía desmontar los mitos elaborados por la historiografía tradicional promoviendo -con un lenguaje sencillo- una visión alternativa de nuestra historia desde la conquista española hasta el gobierno de Eduardo Frei Montalva. La autora fue detenida tras el Golpe, estuvo un año en prisión y fue expulsada hacia Francia.
Los ataques al libro -que en rigor constituyeron una ofensiva frontal de la Derecha y la DC contra Quimantú- fueron encabezados por la cadena de El Mercurio, La Tercera y La Prensa e incluyeron hasta oficiales en retiro del Ejército que denunciaban “traición a la Patria”, “tergiversación histórica” y otras sandeces.
A través de Clarín, el diario de mayor venta en esa época, la autora respondió: “Esos críticos solo alaban a los escritores e historiadores que escriben para la burguesía, en un lenguaje incomprensible para las grandes mayorías, en un tono burgués, en ediciones caras de muchas páginas pero que no cumplen con la misión de ofrecer una síntesis de la verdadera historia de Chile”.
Por Ariel Poblete G., periodista, en exclusiva para NuestroPais.
Fotos: gentileza de la Biblioteca Nacional