abril 16, 2023

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El Aniversario de una gran victoria popular: Hace 62 años, Cuba aniquiló una invasión de mercenarios enviada por Estados Unidos

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Entre el 17 y el 19 de abril de 1961, el pueblo cubano -liderado por Fidel Castro- derrotó una invasión de mercenarios dirigida por Estados Unidos cuyo objetivo era liquidar la Revolución Socialista, ya sometida desde marzo de 1958 a un ilegal bloqueo.

El plan -creado por la CIA a fines del gobierno de Eisenhower y aprobado por el Presidente Kennedy- partió mal ya que los atacantes fueron recibidos a tiros por un grupo de trabajadores que dió la alerta de invasión. Rápidamente el Ejército cubano y las milicias populares iniciaron el contrataque que culminó con la rendición de los mercenarios cuyo jefe era el coronel de “marines” Jack Hawkins, alias Juan Haskins. El propio Fidel llegó hasta Playa Girón a bordo de un tanque cazando a los bandidos.

Los invasores -entre los que había miembros de las 214 familias que habían sido dueñas de Cuba y decenas de ex militares- habían sido entrenados durante meses en una base situada en Guatemala, al mando de Frank J. Egan, coronel del ejército norteamericano. De allí fueron llevados a Nicaragua desde donde zarparon -despedidos por el dictador Somoza- en buques mercantes artillados por los gringos para desembarcar en tres playas de Bahía Cochinos donde habrían de morder el polvo de una derrota histórica.

La invasión comenzó con ataques a bases aéreas y ciudades cubanas mediante bombarderos estadounidenses B-26 -similares a los que tenía Cuba- para confundir a la defensa antiaérea. Cinco aparatos fueron derribados por pilotos cubanos tripulando vetustos aviones T-33 y Hawker Sea Fury sobrevivientes al bombardeo (aún no llegaban los MIG rusos). Al menos cuatro pilotos norteamericanos murieron. Su gran “victoria” fue incendiar con napalm dos buses repletos de civiles. Los sobrevivientes fueron atendidos por vecinos del poblado de Jagüey Grande, donde siempre se recordará aquella infamia que pretendió aterrorizar a la gente y solo consiguió fortalecer su voluntad de lucha. Un pueblo armado es invencible.

Los 1.200 mercenarios sobrevivientes fueron juzgados y condenados, aunque tras unos años, el gobierno de Fidel optó por devolverlos a Estados Unidos, a cambio de tractores y medicinas.

por Ariel Poblete, periodista, especial para nuestropais.cl

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