marzo 8, 2022

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Hacia una doble mirada en el Periodismo

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Por Margarita Pastene Valladares, directora ANMPE (Asociación Nacional de Mujeres Periodistas de Chile)

“Cuando el género suena, cambios trae” planteó la abogada feminista costarricense Alda Facio Montejo, al desarrollar un estudio metodológico para el análisis de género del fenómeno legal, hace ya dos décadas. Esta premisa cobra total actualidad en nuestro país, y no sólo para la discusión en el ámbito jurídico, sino que vale también para comprender los cambios que conlleva el enfoque de género en otros espacios y que parecieran igualmente urgentes, como en las comunicaciones y el periodismo.

Casi en paralelo al estudio de Alda Facio, en abril de 1996, en el IV Encuentro sobre Investigación y Estudio Interdisciplinario de Género de las universidades chilenas, se discutió acerca de la necesidad de generar y promocionar los cambios sociales adecuados para el pleno desarrollo de las personas, independiente de su sexo o género. El propósito era superar los estereotipos y reticencias basadas en las desigualdades y avanzar hacia el respeto de las diferencias, sobre todo en el tratamiento informativo.

Se consideró entonces que, en el marco de la promoción por alcanzar una sociedad integradora, democrática, amplia y solidaria, los medios de comunicación y el periodismo debieran cumplir una función gravitante y hasta imprescindible, para revertir los errores de la historia y la cultura, mediante la reflexión colectiva desde diversas áreas del saber y hacer un aporte efectivo para lograr el reencuentro, luego de un largo y penoso desencuentro que negó y niega todavía, la doble mirada, aquella que permita dar cuenta real de nuestra historia.

Diversas investigaciones en los últimos 30 años en el área de las comunicaciones han demostrado que la imagen de la mujer que proyectan los medios “sigue siendo distorsionada” y en ellos se refuerza la apreciación reduccionista y negadora de los roles que hoy tienen las mujeres, ahondando de esa manera en el desencuentro y en las desigualdades, tal como se constatara en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing, en septiembre de 1995, cuya declaración final tiene plena vigencia.

“Desde entonces, los gobiernos, la sociedad civil y otras partes interesadas han trabajado para eliminar la discriminación contra las mujeres y las niñas y alcanzar la igualdad en todos los ámbitos de la vida, en los espacios públicos y privados”. Y todos estos esfuerzos de las mujeres por ser reconocidas, no sólo en la prensa, sino en el ámbito de lo público, ha sido, hasta ahora, de avances y retrocesos.

Según el estudio de “Asignación Desigual de Mujeres al Gabinete en Chile 1990-2020”, de las investigadoras Monserrat Sepúlveda y Alejandra Zuleta, (CIPER,2022) la desigualdad de género no se ha podido erradicar de la política, aun cuando hubo intentos de promover, por ejemplo, la paridad en los cargos ministeriales.

“La representación de mujeres en cada gobierno varió considerablemente, siendo la más baja durante el gobierno de Aylwin (0%) y la más alta durante el primer gobierno de Michelle Bachelet (38%). Las cifras también muestran que, durante ambos gobiernos de Piñera, disminuyó de manera importante el número de mujeres asignadas al gabinete en comparación a los dos gobiernos de Bachelet, lo que se puede interpretar como un retroceso en el progreso que se había logrado”, señala la investigación. El estudio también advierte que la representación de mujeres en el espacio político, no han logrado el impacto positivo en el tiempo para consolidar la paridad, como una cuestión de principios y transformaciones.

En general, y cuando se plantea la incorporación de mujeres en los ministerios, ha primado “la idea de “ministerios de hombres” y “ministerios de mujeres””, relegando a las mujeres ministras a las carteras consideradas apropiadas para su género, con menos estatutos y menos visibilidad.

“Todo lo anterior demuestra, además, que la participación de mujeres ministras ha sido mayor en ministerios de bajo prestigio y menor en ministerios de alto prestigio, y que esta tendencia se ha agudizado durante el actual gobierno de Piñera”, según el estudio.

La mayoritaria presencia de mujeres en el Gabinete del nuevo Presidente Gabriel Boric, augura un panorama distinto y bien podrían cambiar las cosas, porque “cuando el género suena, cambios trae”. Pero, ¿con cuánta certeza se podría decir que estamos ante un cambio real y decisivo para las futuras generaciones de mujeres?

Aquí el rol de los medios será determinante. Abordar los acontecimientos protagonizados por mujeres en el poder, en ministerios de “alto prestigio”, con igualdad de condiciones en el tratamiento informativo, con el uso de un lenguaje despojado de limitaciones patriarcales y estereotipos sexistas, no sólo implica incorporar un enfoque de género, sino atender los principios éticos del periodismo.

La Asociación de Mujeres Periodistas, publicó en 2020 el Manual de Género para Periodistas y Medios de Comunicación, poniendo a disposición de editores y periodistas una herramienta metodológica para eliminar los sesgos al momento de informar y contribuir a erradicar el desconocimiento conceptual sobre feminismo y perspectiva de género, que aún persiste en las salas de prensa.

“Cuando en 1961 se fundó la Asociación Nacional de Mujeres Periodistas (ANMPE), -señala el Manual- el periodismo era una profesión de hombres. Han pasado casi 60 años desde entonces y las mujeres han poblado las redacciones, pero las desigualdades siguen presentes, tanto en relación a los cargos que ocupan hombres y mujeres en la dirección de los medios de comunicación, como en el espacio y en la forma en que se cubren los contenidos relativos al género. En honor a la realidad, estas diferencias no son únicamente patrimonio de Chile, sino que se dan por igual en el resto del mundo.”

Se trata de contribuir a fomentar una cultura de género, desde el ejercicio profesional, desde la entrega informativa hacia otras mujeres, a rescatar y salvaguardar el respeto a la diversidad, y aportar desde el periodismo a consolidar y valorar la presencia de las mujeres en la sociedad actual

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