El cannabis en el ojo del huracán

A muchos sorprendió este domingo el artículo del Premio Nóbel de Literatura, Mario Vargas Llosa, en El País de España, en el que se muestra partidario de la legalización del cannabis o marihuana, para frenar la violencia impuesta por las redes de narcotráficos.

En su columna dominical habitual, que reproducen varios diarios de habla hispana, el escritor peruano critica al partido Socialista, en el poder, y al Partido Popular (centro derecha), en España, por fraguar momentáneamente una alianza en el Parlamento para poner fin al cannabis.

“Se han equivocado gravemente”, expresa Vargas Llosa. “Sólo conseguirán con esta prohibición que las mafias de narcotraficantes que pululan ya en España, aunque menos que en México y otros países latinoamericanos, se robustezcan y aumenten su ejercicio criminal, así como el consumo de drogas en el país.

Desde la vereda opuesta, la politóloga uruguaya, Rosario Queirolo, replicó al escritor que “creer que la legalización de la marihuana puede derrotar al narco es un disparate”

Estudiosa durante 10 años del impacto de la legalización de la marihuana en su país, donde el Estado es un actor central, Queirola plantea que legalizar la marihuana “no es la solución para el narcotráfico. Ni siquiera lo debilita”

Incluso señala que puede cooptar la agenda pública con un debate que le interesa más a las clases medias altas que a los sectores populares, donde el verdadero problema no es el cannabis, sino la pasta base.

Al margen de las opiniones discrepantes de Vargas Llosa y Queirolo, otros expertos apuntan que legalizar la marihuana “tal vez sea un primer paso para que Latinoamérica deje ser el lugar más violento del planeta”