Argentina: La derecha alternativa
3 minutos de lecturaSi un extranjero llega en estos días a Buenos Aires y enciende la televisión, verá desfilar por distintos programas a un personaje melenudo y pelo desordenado, que con una verborragia a ratos desbocada lanza epítetos contra los “parásitos” de la política.
No es un actor cómico ni tampoco un dirigente de las poderosas organizaciones sindicales argentinas. Se trata del economista, Javier Milei, autodefinido como “anarco capitalista” y candidato a diputado por la Capital Federal en las próximas elecciones de medio término en el país transandino.
Sus posilidades de llegar a la Cámara Baja son altas ya que en las encuestas figura en tercer lugar en la intención de votos. Muchos lo tildan de un “loco extravagante” y émulo de Donald Trump y Jair Bolsonaro.
Pero excentricidades al margen, Milei es fiel exponente de una corriente que los cientistas políticos han definido como “nueva derecha” o “derecha alternativa”
Una derecha que desde hace algunos años, viene jugando una carta radical y proponiendo “patear el tablero” con discursos contra las élites, el establishment político y el sistema.
Este fenómeno creciente se atribuye, en buena medida, al discurso cada vez más descafeinado de los llamados progresistas, que contribuyó a las crisis de las izquierdas reformistas, en diferentes partes del mundo.
Pablo Stefanoni, doctor en Historia de la Universidad de Buenos Aires, acaba de publicar el libro “¿La rebeldía se volvió de derecha?” en el que analiza la emergencia de estos grupos que tienen de referentes a Milei y otros economistas, como José Luis Espert, quienes
disparan a diario contra el papel y responsabilidad del Estado en la decadencia argentina.
Stefanoni explicó a Nuestro País que “quizás sea el momento de prestar más atención a estas derechas, de analizar algunas de sus transformacions y de indagar en el “discreto encanto” que, en sus diferentes versiones, pueden ejercer sobre las nuevas generaciones”
El experto en política subraya que, en general, “hay cierta pretensión de superioridad moral del progresismo que le juega en contra en el momento de discutir con las derechas emergentes”
Y agrega: esto es así porque “la izquierda dejó de leer a la derecha, mientras que la derecha, al menos la “alternativa”, lee y discute con la izquierda”
Stefanoni, en su obra, es enfático: “hay que aceptar la provocación e ir a ver en qué consiste esa rebeldía de la derecha alternativa, qué es lo que quieren y por qué hay gente que los sigue, sobre todo los jóvenes”
Quizás valga la síntesis del historiador Steven Forti: “estaríamos frente a una nueva extrema derecha, o extrema derecha 2.0, que utiliza un lenguaje y un estilo populistas, se ha transformado sustituyendo la temática racial por la batalla cultural y ha adoptado unos rasgos provocadores y antisistema gracias a la capacidad de modular la propaganda a través de las nuevas tecnologías”