Plebiscito de 1988
3 minutos de lecturaCómo informa al mundo, de esta fecha, la BBC del Reino Unido
Un joven abraza a un carabinero que le está impidiendo el paso. Tras él, otros miran la escena mientras sonríen, intentan avanzar. «¡Corrió solo y llegó segundo!», titula en desafiantes letras rojas la portada de un diario. En el centro de Santiago, ondean banderas. Llevan un «No» estampado sobre un arcoíris.
Cada 5 de octubre esas imágenes vuelven a la memoria de generaciones en Chile. Son las postales de uno de los resultados electorales más intrigantes en la historia política del país: el del plebiscito de 1988 que terminó con el régimen del general Augusto Pinochet, en el poder desde el golpe con que derrocó a Salvador Allende en 1973.
Aquel día, la oposición política se unió para participar en una elección organizada por un régimen militar que terminó aceptando y sometiéndose al resultado adverso de la votación.
El resultado fue intrigante, pero no el único, ni el primero en el que un régimen no democrático aceptó un «No» por respuesta: en 1980, los militares uruguayos también habían perdido un plebiscito.
Ocho años después, en 1988, y bajo un régimen donde miles de personas habían sido reprimidas, ejecutadas o desaparecidas, la oposición chilena decidió participar en el plebiscito organizado bajo las reglas de Pinochet, que se mantenía en el poder desde el golpe de 1973.
El plebiscito chileno tuvo lugar el 5 de octubre de 1988, pero su mecanismo se había echado a andar en 1980, cuando, en otro referéndum, se había aprobado la constitución diseñada bajo el dominio militar.
En el marco de esa nueva Carta Magna, el régimen militar se obligaba a sí mismo a someter a un plebiscito la propuesta de Pinochet de mantenerse en el poder hasta 1997.
Participar en ese plebiscito, constituía un desafío a una regla política bien comprobada: que los líderes no democráticos no pierden las elecciones. O como planteaba Anastasio Somoza, que no importa quién gane la elección, sino quién gana los conteos.
¿Qué pasó en Chile entonces?
Políticos que aprendieron
«Chile es uno de los pocos casos donde un régimen cae por un plebiscito, pero no es el único», señala el profesor Steven Levitsky de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).
En Chile se dio una combinación virtuosa de factores: la democracia liberal vivía un momento de gran prestigio, se generó una importante presión externa contra el régimen de Pinochet y los partidos políticos estuvieron dispuestos a dialogar, agrega Levitsky, especialista en democracias, autoritarismos y partidos políticos.
«La década de los 90 fue la más favorable para la democracia en América Latina por lejos y Chile se democratizó al principio de ella», dice el académico.
«La democratización de Chile en los 90 y la de México el 2000 marcan el momento más favorable para las democracias latinoamericanas. Hoy todavía vivimos en un ambiente favorable para las democracias, mejor de lo que era en los años 60, pero la democracia liberal ya no es, como diríamos en inglés, ‘the only game to play'», dice, en referencia a la expresión que habla de la opción que más se valora en un determinado momento.