Brasil: democracia bajo acecho
2 minutos de lecturaLa tensión política en Brasil aumentó hoy de decibeles después de la dura respuesta del presidente del Tribunal Supremo de Justicia (Corte Suprema) a las amenazas proferidas ayer por el Presidente, Jair Bolsonaro.
“Nadie va a cerrar esta Corte”, replicó hoy Luiz Fux, presidente del máximo tribunal, en respuesta al mandatario ultraderechista, quien –ante miles de seguidores- insinuara que pretende desobedecer las órdenes de la Corte.
Fux acusó a Bolsonaro de atacar la democracia y le advirtió que “el tribunal supremo no va a tolerar amenazas a la autoridad de sus decisiones”
Enfatizó que si el Mandatario cumple su amenaza de desobedecer, será acusado de un delito contra la Constitución que juzgaría el Congreso.
En el día de la Independencia de Brasil, Bolsonaro –emulando el estilo de Donald Trump- convocó a multitudinarias manifestaciones en Brasilia y Sao Paulo, en las que cargó contra el principio básico de la democracia occidental, que es la división de poderes.
Durante los casi tres años que el capitán presidente lleva en el poder, son varias las veces en que sus amenazas golpistas han encendido las alarmas, pero esas alertas son cada vez más frecuentes.
El analista Olivar Stunkel, de la Fundación Getulio Vargas, en un artículo publicado en el diario El País de España, dijo que en Brasil “más que una ruptura democrática inmediata, el mayor riesgo es una crisis constitucional permanente, que consume al país sin avanzar en ninguna agenda política relevante”.
El Tribunal Supremo abrió hace un tiempo una investigación contra las redes bolsonaristas que difunden noticias falsas y campañas de desinformación en Internet.
También ha ordenado la detención de varios seguidores de Bolsonaro acusados de amenazar a los magistrados y de financiar actos antidemocráticos.
La ofensiva del titular del Ejecutivo arreció paralelamente con la caída en las encuestas frente a su archirrival, Lula, de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.
Si los comicios se realizaran el próximo domingo, Lula se impondría a Bolsonaro por 9 puntos de ventaja.
El mandatario brasileño también ha perdido apoyo en buena parte del poder económico, desencantado porque no ha sacado adelante las reformas liberalizadoras que prometió.