Fiscalía llevará a juicio a 16 imputados identificados como “primera línea”.
2 minutos de lecturaEl caso se inició el 3 de marzo de 2020, cuando carabineros detuvieron a más de una veintena de imputados adultos, a los que identificaron como parte de la llamada “primera línea”, el grupo que se enfrentaba a diario con la policía y provocaba desmanes en las inmediaciones de Plaza Italia. Ahora, el 7o Juzgado de Garantía de Santiago fijó para octubre la preparación del juicio oral contra 16 de ellos: se les atribuyen desórdenes, de aquellos descritos en el artículo 268 septies, incisos 1o y 2o, del Código Penal (Ley Antibarricadas).
El Ministerio Público les ofreció a ocho de los investigados una suspensión condicional del procedimiento, pero no la aceptaron.
Esa es una de las principales controversias que marcaron el inicio de la Convención, a ella se suma tambien el caso del magistrado Daniel Urrutia, quien expuso ante la comisión de Derechos Humanos y culpó a jueces y, específicamente, a la Corte de Apelaciones de Santiago de “mutilaciones oculares”, y cuyas declaraciones generaron una intensa controversia en el Poder Judicial, entre sus pares y el mundo jurídico en general.
Se señala que el magistrado “ha adquirido extraordinaria notoriedad por una serie de actuaciones de alto impacto comunicacional. Estas parecen dar cuenta de una cierta “agenda” que le ha llevado a constituirse personalmente y con publicidad en lugares donde se supone tendrían lugar violaciones a los derechos humanos; a anticiparse en el conocimiento de una causa, suspendiendo o postergando una licencia ya solicitada, o a revocar sin previa audiencia los efectos de una decisión reciente de la Corte de Santiago en materia de prisión preventiva.
Su mayor notoriedad proviene, tal vez, de haberse erigido en una especie de Catón al interior del Poder Judicial, rol autoasignado que le lleva a juzgar con especial dureza a sus superiores…”. esta es la opinión que expresa el Mercurio en una de sus editoriales, Quizás un poco de decencia periodística no le haría mal al decano del periodismo nacional, Su campaña ya desatada contra la Convención Constituyente, su defensa ideológica al poder judicial y cualquiera que levante la voz, como su campaña contra el cuarto retiro en defensa de los intereses de grupos económicos.