Lo que sucedió en Canadá fue un genocidio
4 minutos de lectura- (fuente)Gerardo Lissardy BBC News Mundon
Esta son las palabras de Mumilaaq Qaqqaq, ella es parlamentaria canadiense e indígena inuk.
En mayo de este años se hallaron los restos de 215 niños en tumbas sin marcar en la Columbia Británica, en Canadá. En junio, encontraron otros 751 enterramientos sin identificar en la provincia de Saskatchewan. Y unos días después, 182 más cerca de la ciudad de Cranbrook.
Las 1.148 tumbas en total tienen algo en común: estaban en el sitio o cerca de donde funcionaron internados gubernamentales y operados por la Iglesia católica para niños indígenas en el país.
Entre 1883 y 1996, más de 150.000 menores indígenas fueron separados de sus familias y enviados forzosamente a colegios de ese tipo, donde sufrieron abusos físicos, sexuales y enfermedades.
Los recientes hallazgos causaron indignación alrededor del mundo, pero no todos se asombraron en Canadá.
«Es algo que como indígenas siempre supimos, pero ahora hemos tenido la posibilidad de confirmarlo en la sociedad», dice Mumilaaq Qaqqaq, representante del territorio norteño de Nunavut en la Cámara de los Comunes de Canadá.
Esta parlamentaria de 27 años y del grupo indígena inuit afirma que la idea de que los canadienses son «muy diversos, inclusivos, felices y geniales» está lejos de ser compartida por los pueblos originarios del país.
«Canadá no se construyó a partir de gente blanca, en realidad se construyó a costa de los pueblos indígenas», sostiene Qaqqaq, representante del centroizquierdista Nuevo Partido Democrático, en entrevista con BBC Mundo.
¿Qué muestran los hallazgos recientes de tumbas sin marcar en Canadá acerca de la historia de este país?
Creo que muestran muchas cosas. Lo primero: es la historia de Canadá; no es solo la historia indígena.
Para los pueblos indígenas, esto no es un descubrimiento. Es solo una confirmación: sabían que sus seres queridos estaban en algún lugar del suelo, en tumbas sin marcar, pero no sabían exactamente dónde.
La Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Canadá indicó hace unos años que hubo un «genocidio cultural» en estos internados. ¿Son estas tumbas nueva evidencia de eso?
No creo que hablar de genocidio cultural sea una opción disponible. Creo que es genocidio y punto, cuando miramos lo que sucedió con los pueblos indígenas en todo el país, lo que vemos no es necesariamente una cultura específica, sino un estilo de vida y visión del mundo.
A lo largo de la historia en Canadá se enseña que eso está mal, que es horrible y repugnante.
Es algo que los internados machacaron en los pueblos indígenas de Canadá. Era una conversación constante sobre «tu forma de vivir, ser, pensar no encaja en la sociedad occidental blanca, por lo tanto está mal y necesitamos enseñarte más, mejor y separarte de tu forma de pensar y de tu estilo de vida».
Los canadienses dimos muchos ejemplos de colonización en el mundo.
Está empaquetado y lo presentan de una manera muy linda: «Somos Canadá, muy diversos, inclusivos, felices y geniales».
En realidad, los indígenas no lo vemos así. Y creo que cada vez más canadienses se están dando cuenta de eso.
Usted habla de genocidio, que por definición es el exterminio sistemático de un grupo racial, étnico, cultural, político o nacional. ¿Es lo que dice que sucedió en Canadá?
Sí, creo que hubo un proceso muy estratégico, bien pensado y metódico para lo que seguimos viendo desarrollarse.
La gente piensa que la colonización es algo que ya nos enfrentamos como indígenas, lo cual es completamente falso.
Los pueblos indígenas de Canadá se vieron obligados a vivir situaciones donde se negaron derechos humanos básicos.
Estamos luchando por una vivienda segura, agua limpia y una vida asequible, mientras el resto de Canadá, principalmente los canadienses blancos, no están preocupados por ese tipo de cosas.
Algunos canadienses han colocado zapatos de niños en recuerdo de las víctimas de estos internados.
Volviendo a la pregunta, a través de los internados, cuando miras la experiencia del norte y los inuit específicamente, a través de la matanza de perros de trineo, la reubicación forzada, el traslado forzoso de familias para el tratamiento de la tuberculosis, entre muchas otras estrategias bien pensadas, la institución federal estaba tratando de eliminar de nuestras vidas a los «indios», las Primeras Naciones, los inuit o cualquier aspecto de ser los primeros pueblos de este país.
Lo hemos visto y seguimos viéndolo.
Aproximadamente la mitad del sistema de acogida en Canadá está compuesto de jóvenes indígenas (que son apenas 8% de la población infantil).
Hemos visto patrones que se repiten una y otra vez que no funcionan para los pueblos indígenas; principalmente funcionan para la institución federal, los que tienen el poder y están ganando mucho dinero.
Nadie pidió pobreza, nadie pidió que lo metieran en una epidemia de suicidios, nadie pidió ser sumergido en inmensas cantidades de abuso. Pero los inuit nos hemos visto obligados a vivir en esas situaciones, día tras día.
Buscamos derechos humanos básicos para que los inuit tengan las mismas oportunidades que los canadienses del sur.
Los primeros pueblos de este país siempre han luchando mucho, nuestras vidas se tratan principalmente de sobrevivir y luego ayudar a otros a sobrevivir. Y eso no es justo.
Cualquiera debería tener derecho a perseguir lo que desea….(extracto de la noticia)