noviembre 4, 2025

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Control de los Polos y Concentración Armada en el Caribe

5 minutos de lectura

Por Jesús Dávila/Especial Inter News Service

San Juan (Puerto Rico), 4 nov (INS).- Expertos de Estados Unidos evalúan un escudo de misiles para proteger de Rusia la base de radares de Groenlandia y la importancia de garantizar el control del estrecho de Magallanes ante China, mientras se intensifica el despliegue aeronaval ordenado por Washington en el Caribe y el Pacífico sudamericano.

Pero hasta ahora, está pendiente si la isla estratégica de Granada aceptará el pedido de convertirse en base de radares al este del Caribe, Dinamarca sigue sin rendir el control de Groenlandia y Chile no muestra interés de ceder su soberanía sobre el paso marítimo austral.

La esperada llegada del portaaviones Gerald Ford, con una escolta de hasta cinco destructores, implicará aumentar de diez a quince la concentración de naves estadounidenses en la zona del Caribe; eso incluye un aumento de 75 a 90 aviones del portaaviones, lo que se sumaría a los tres bombarderos B-52 asignados desde Luisiana, dos bombarderos B-1 desde Texas, los diez F-35, el P-8 Poseidón y los drones estacionados en bases de Puerto Rico.

Uno de los eventos más recientes ocurrió la semana pasada, con dos días de simulación de un bombardeo de gran escala, en el que participaron primero los tres B-52, escoltados por los F-35, seguidos en días posteriores por los B-1. El bombardeo simulado se llevó a cabo en mar al norte de las aguas territoriales venezolanas.

De momento, sin embargo, las operaciones en el mar Caribe se retrasaron debido al huracán Melissa, que comenzó en el centro de la zona y se mantuvo avanzando apenas a cinco millas por hora en dirección de Jamaica, Haití y el oriente de Cuba, donde está la estación naval de Guantánamo.

El devastador fenómeno atmosférico no evitó que el barco de guerra USS Gravely anclara en Trinidad-Tabago —a pocos kilómetros de Venezuela— con un contingente de la infantería de marina a bordo.

El teatro primario de las operaciones que comenzaron a finales de agosto se concentraba en el asedio a Venezuela y en casi dos meses ha conllevado el hundimiento con costosos misiles de doce lanchas pequeñas con motores fuera de borda, con el saldo de decenas de muertos, y, el abordaje de un barco atunero, estableció la agencia NCM Noticias.

El gobierno de EEUU no ha presentado pruebas de que las embarcaciones fuesen de contrabandistas de drogas y familiares de las víctimas, en Venezuela, Colombia y Trinidad han denunciado que se trataba de pescadores, situación similar con las embarcaciones hundidas —también con fuego de misiles— en el océano Pacífico cerca de Colombia.

Las operaciones han tenido el efecto secundario de multiplicar en miles de kilómetros las costas que serían blanco de ataques, que ahora cubren la ribera sur del Caribe, parte de la costa atlántica de Brasil y el Pacífico colombiano.

El intento de reconstrucción del dominio de EEUU no se limita a la hostilidad hacia los gobiernos no afines como la revolución socialista de Venezuela —tarea que EEUU ha mantenido vigente desde los tiempos de Hugo Chávez—, Cuba, Nicaragua y Colombia, sino que incluye el control de los pasos del canal de Panamá, y de los polos norte y sur del hemisferio.

A mediados de octubre, la revista Small Wars Journal publicó un ensayo de cuatro analistas militares sobre la necesidad de defender la base de radares Pituffik, en Groenlandia, ante la posibilidad de que sea atacada con misiles hipersónicos de Rusia.

Según los analistas, esa base puede detectar movimientos de misiles intercontinentales que tengan como blanco EEUU, pero no cuenta con mecanismos para detectar y mucho menos defenderse de los cohetes hipersónicos de corto alcance que pudieran lanzar los rusos.

A pesar de que Dinamarca ha rechazado reiteradamente los pedidos de Washington para anexar la colonia autónoma de Groenlandia, EEUU transfirió la jurisdicción militar sobre la zona del comando europeo al comando norte y ha enviado un embajador con la misión expresa de garantizar que esa gigantesca isla, que se encamina a la independencia, pase a manos estadounidenses. Ahora se discute el escenario de proteger la base de Pituffik con un escudo de misiles de diversos tipos y fuerzas combinadas que puedan hacerla inexpugnable, lo que conllevaría una concentración mayor de fuerzas aeronavales y del ejército de tierra en Alaska, amén de más presión sobre Canadá, que también ha repudiado la oferta de convertirse en un estado de la unión de EEUU.

Hacia el polo sur, el tema también es objeto de análisis por parte de EEUU y un informe de Chile consignó este mes de octubre que ha sido discutido en el colegio de guerra de la Armada estadounidense.

El analista de Chile ha consignado estar de acuerdo con la importancia estratégica del estrecho de Magallanes, que permite mayor movimiento de barcos de gran calado y por más tiempo anual que el canal de Panamá, pero reitera que la soberanía chilena y sus acuerdos diplomáticos son suficientes para mantener el control de ese canal interoceánico, vital para un dominio imperial global.

La agenda para actualizar el dominio estadounidense no está exenta de otras contradicciones, como la acción de México para romper el contubernio de oficiales de su armada con el contrabando de hidrocarburos desde el norte para aumentar el poderío económico de los carteles de la droga. Ese contrabando norte-sur es tan sofisticado que se ha documentado la

llegada de un barco cisterna a un puerto mexicano para abastecer a la vez muchos camiones tanque de un cartel de contrabandistas de drogas.

En el mismo Caribe, la isla de Antigua rechazó la propuesta estadounidense para usarla como base. Otra propuesta, para instalar radares en el aeropuerto de Granada, será objeto de discusión parlamentaria esta semana, pero desde ya, el gobierno ha declarado que la discusión será solamente informativa.

Otra contradicción es que el despliegue aeronaval no ha servido para frenar la influencia económica de Rusia y China, que sigue creciendo en América Latina.INS

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