Complicado panorama militar en el Caribe
5 minutos de lectura
Por Jesús Dávila
San Juan, 13 oct (INS).- A mes y medio de que Estados Unidos dispusiera el envío de la Cuarta Flota hacia el mar Caribe, el Instituto de Estudios Navales informó que la mitad de los barcos y otros recursos asignados a la misión se encuentran en las cercanías de puertos del norte de la zona caribeña, a casi 400 millas náuticas —más de 700 kilómetros— de Caracas.
Además de la complicación sobre dónde están los barcos, hay dificultades para la evaluación de situaciones que implican a una empresa de mercenarios de Estados Unidos, suministros de Canadá, y los escenarios de Haití, República Dominicana y Puerto Rico.
En su informe de localización de barcos correspondiente al día 6 de octubre, el USNI indicó que cuatro de los buques, entre ellos el barco-bandera de la operación, estaban en los puertos de St. Thomas, Ponce (Puerto Rico) y Guantánamo (Cuba).
El informe no dice en qué lugares del Mar Caribe está la otra mitad de las naves asignadas, como tampoco el submarino nuclear, ni el buque sigiloso disfrazado de barco mercante, pero cargado de fuerzas especiales. Además de esos, los aviones F-35, los drones bombarderos y el P-8 Poseidón, están usando para sus misiones los aeropuertos de las antiguas bases de Roosevelt Roads y Ramey Field, en Puerto Rico.
Hasta ahora, el poderoso grupo aeronaval los logros que tiene para lucir son las acciones contra media docena de pequeñas lanchas civiles, entre ellas el hundimiento con misiles de cuatro o cinco embarcaciones con motores fuera de borda, con el saldo de 21 muertos, y el abordaje de un pequeño barco atunero. No se indica dónde ocurrieron los hechos, pero las cortas grabaciones difundidas sirvieron de base para una denuncia contra la participación de suministros de alta tecnología procedentes de Canadá.
La denuncia la hizo el día 6 de este mes de octubre el instituto de estudios científicos pacifistas Project Ploughshares, del Consejo Canadiense de Iglesias, que identificó la empresa L3 Harris WESCAM, de Ontario, como la que suministró los sensores que se usaron para rastrear y atacar las embarcaciones civiles.
Los analistas de Ploughshares descifraron las partes que el Pentágono intentó tapar de las grabaciones de los ataques y señalaron que el uso de suministros de alta tecnología de Canadá viola las convenciones internacionales sobre envío de armas y recursos bélicos para acciones criminales contra civiles, pero que el gobierno canadiense utilizó subterfugios legales para ocultar su participación.
Otra empresa que ha sido denunciada por su participación en las operaciones militares en el Caribe es Vectus Global, de EEUU, que da servicios de mercenarios. En la publicación The Conversation, también correspondiente al día 6 de octubre, se indica que Vectus Global fue contratada en marzo por el gobierno interino de Haití para atacar las pandillas que controlan el 90 por ciento de Puerto Príncipe, el aeropuerto y el puerto, además de buena parte del país.
Según ese informe, ha sido Vectus Global la encargada de los ataques con drones a las zonas controladas por los combatientes irregulares. Por lo menos sobre uno de esos ataques, ocurrido el día 20 de septiembre, se pudo documentar que en realidad las bombas fueron lanzadas contra población civil, con el saldo de muertes de niños y sus madres y muchos heridos, en un parque del vecindario pobre de Cité Soleil.
De acuerdo al informe, Vectus Global está usando en Haití mercenarios procedentes de EEUU, Europa y El Salvador.
Mientras tanto, los informes disponibles, según datos revisados por la agencia NCM Noticias, son de que Haití se mantiene como un punto importante para el almacenamiento y transbordo de drogas con destino a EEUU, además de que es imparable el flujo de armas y municiones, que garantizan que las pandillas tienen mucho más poder de fuego que el gobierno y los mercenarios.
Las acciones de esa empresa no han logrado avances significativos contra las fuerzas
irregulares y en días recientes el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el envío de fuerzas de los países que estén interesados para combatir las guerrillas haitianas. El gobierno de la vecina República Dominicana alertó que el deterioro de Haití le plantea un problema de seguridad y pidió por escrito ayuda a China y Rusia, que se abstuvieron en la resolución.
Las cartas no especifican el tipo de ayuda que se pide, si es de dinero o si se pretende que se envíen soldados o las flotas de China y Rusia. Coincidente con el envío de las misivas diplomáticas, República Dominicana anunció que a la próxima cumbre iberoamericana —que se celebrará en su territorio— no estarán invitados Cuba, Nicaragua y Venezuela, que mantienen relaciones de cooperación social y militar con China y Rusia.
El gobierno dominicano, además, aseguró haber encontrado en aguas al sur del país fardos de drogas procedente de una de las lanchas hundidas por EEUU, aunque no ha indicado cómo pudo determinar la procedencia de la droga que dijo flotaba en el mar.
El otro escenario que presenta complicaciones es Puerto Rico. A los problemas sociales y económicos y la persecución de inmigrantes, se suman las protestas contra las bases militares.
En esta colonia de EEUU desde 1898, la policía no ha podido determinar si se ha reducido o no el precio de las drogas ilegales debido a las operaciones navales en el Caribe. Sin embargo, el informe policial indica que no se están detectando lanchas abandonadas en las zonas usuales de desembarco de los contrabandistas.
De acuerdo con tales informes de la policía puertorriqueña, la más reciente interceptación y captura de contrabando de drogas ocurrió el día 6 de agosto. Aunque se insinuó que eso podría tener que ver con la efectividad del bloqueo naval, no se explica cómo es que los contrabandistas habrían dejado de traer las drogas casi un mes antes de que comenzara la operación de la armada de EEUU, cómo habrían logrado esa información adelantada y se evalúa la posibilidad de que se estén usando otros métodos para traer la droga que se transborda hacia el mercado estadounidense