Somos Independientes , pero no somos Neutrales
4 minutos de lecturaAlgunos, todavía, parecen confundir los términos… aunque a estas alturas no resulta extraño; algunos confunden todo y, peor aún, tratan de confundir a todos.
Frente al dilema ético en que nos colocó la ciudadanía, en la segunda vuelta electoral, Nuestro País no es neutral, pues no nos da lo mismo quien gane. Creemos que el imperativo ético que está en juego en la próxima elección es crucial para el destino de nuestra patria: o seguimos adelante o retrocedemos, ya que en el resultado de esta elección no sólo pone en juego el proceso constituyente y las posibilidades de transformaciones profundas a los sistemas de AFP, Isapres, Educación, Medio Ambiente, entre otros. Lo que está en juego es si vuelven a gobernar los civiles que apoyaron a la dictadura, que el negacionismo se instale en La Moneda, que la cultura del odio y la falta de tolerancia a las diferencias -sean estas étnicas, sexuales, culturales, nacionales u otras- fije los destinos de nuestra patria.
La derecha tomó su opción y atrás quedó el «nunca más», el respeto a los derechos humanos, la tolerancia y la valoración a la diversidad. Hoy unen sus manos con los que creen en el voto censitario, la eliminación del voto de la mujer, la liberación de asesinos violadores de derechos humanos. En otras palabras, tomaron el camino de banalizar el mal, y, eso creo, les costará caro… cuando la ciudadanía entienda y comprenda lo que hacen.
El argumento es pobre, hasta el sin sentido, pero lo repiten sabiendo que con nuevas técnicas y en nuevas plataformas logran atemorizar a sectores culturalmente menos preparados… los comunistas vienen y harán del país una sociedad comunista… El problema es que vienen desde el plebiscito del 80, pasando por el del 88, por el gobierno de Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet 1 y 2, plebiscito constituyente. Y, cada elección en que participan los comunistas la derecha entona su mantra. Lo repiten sin cesar aun siendo falso, porque saben que es imposible a estas alturas de la historia que eso suceda; además, olvidan o dicen no saber que no fue el PC el partido más «revolucionario en tiempos de la UP, que el PC tiene concejales, alcaldes, cores, diputados, senadores; es decir, que el PC participa del sistema democrático, quizás, como ningún otro PC en el mundo… y, por último y muy importante, omiten que para hacer la revolución se necesita contar con -al menos- una parte del ejército y eso, en Chile, es imposible.
Pero a la derecha no le importa mentir, tergiversar, sacar de contexto, crear fake news, pues todo vale cuando el fin justifica los medios, porque -en definitiva- nunca han creído en la democracia. Este es el punto en el que les acomoda ubicarse: atacar al totalitarismo, bajo la mentira del orden; sin embargo, la verdad es que solo quieren control y no perder ninguno de sus privilegios. Eso es todo, así de simple y así de duro.
Algunos creímos, equivocadamente, que algo había aprendido la derecha de los errores del pasado, pero no, era todo falso. No quieren cambios, no quieren que los hijos de obreros lleguen a estudiar a las universidades que ellos creen son solo para sus hijos, no quieren el olor a pobre en sus playas, no nos quieren en sus barrios ni en sus plazas, sino sólo en sus casas si vas hacer el aseo, cuidar el jardín o vigilar sus barrios. La prepotencia se les arranca, por más que la intentan disimular, los que intentan disimular; otros, hacen gala de ella, roteando a medio Chile.
No quieren que el hijo de un taxista o micrero llegue más lejos que sus niños, que ocupe un puesto mejor remunerado, quieren que todo siga igual. Mejor sería si se pudiese volver atrás, antes de la reforma agraria, a la subyugación total, a que el vendedor de la tienda no lo mire a los ojos, que la enfermera baje la cabeza cuando hablan, que el obrero tirite cuando llegan…
Frente a eso, no somos neutrales, somos independientes. Nadie nos financia, no respondemos a los intereses de ningún sector o partido, solo tratamos de contribuir con información de calidad a la ciudadanía para que tome sus propias decisiones. No somos neutrales, menos ahora, por eso llamamos a votar por Boric. No porque le creamos todo lo que plantea ni porque le tengamos toda la confianza del mundo; votamos Boric por la dignidad, porque nadie tiene derecho a humillarte, a mirarte en menos, a burlarse, a no dejarte entrar a una playa, a sacarte de un lago, una tienda, un mall; a hacerte pagar más por los pollos, el papel de baño, los remedios; nadie tiene derecho a lucrar con tus ahorros, tu salud y la educación de tus hijos; a hacerte vivir de allegado, uno encima del otro. Votamos por Boric, porque nadie tiene derecho a quitarte tus sueños por un Chile mejor.