Ocultar tu identidad para luchar por tu pueblo
7 minutos de lectura«Muchas veces hemos tenido que disfrazarnos, callarnos, y ocultar nuestra real identidad e intereses, para conspirar y luchar contra nuestros dominadores» – nos dice «Gloria», y nos explica por qué se puso esa identidad «falsa».
Cerro Navia, Toma 17 de Mayo, 21 de junio de 2023
A mis compañeras y compañeros que luchan:
“Miente, miente, que algo queda” es una frase que expresa bien la campaña mediática que han lanzado contra la Toma 17 de Mayo y contra mi. Esa era la política del Ministro de Propaganda de Hitler, y antes que él de tantos regímenes opresores y anti-pueblo en la historia.
¿Por qué lo hacen? Para dividir, para atemorizar, para inmovilizar, para desprestigiar, para castigar. Todo eso junto.
Hoy utilizan su prensa para castigarme públicamente. Levantan tergiversaciones y mentiras abiertas sin posibilidad de defensa. Buscan romper la confianza que en medio de la lucha se va creando. Buscan aplastarme moralmente quitándome el trabajo. Esa es la parte que ahora me está tocando a mi. Pero miro nuestra historia, incluso la reciente y la de nuestros países vecinos con torturas, desapariciones, ejecuciones sumarias y golpes de todo tipo a los luchadores sociales. Pienso en Alejandro Castro, Emilia Bau, Macarena Valdés y tantas luces más que nos iluminan en el horizonte de la lucha popular.
No dejo de pensar que esto está ocurriendo a 50 años del golpe de estado y justo en un nuevo aniversario de las ejecuciones de Corpus Christi. Esas ejecuciones que por venganza se hicieron contra luchadoras y luchadores del pueblo, montándoles mentiras para justificar sus asesinatos. Tampoco dejo de pensar en Carmen Gloria Quintana, que quisieron quemarla viva por luchar contra Pinochet. Y en cómo la vieja Lucía dijo “para qué se queja tanto esta niña, si se quemó tan poco”. Y recuerdo a Carmen Gloria porque es por ella que he tomado ese nombre como mi nombre de lucha: Gloria.
No quiero siquiera compararme, pero sí hacerles pensar que es por estos motivos que una se tiene que resguardar, cuando se decide luchar del lado del pueblo. Y tenemos que aprender a hacerlo cada vez mejor, para poder luchar mejor y conquistar nuestros derechos arrebatados como pueblo.
Antes de pasar a explicarles lo que se merecen saber, les quiero agradecer desde el fondo de mi corazón todas las muchas muestras de compañerismo y respaldo que he recibido. Me siento tan agradecida de la vida y de elegir el camino de la lucha y así disfrutar de la compañía de tantos hermosos corazones que hay entre nuestro pueblo.
Les escribo esta nota a los compañeros y las compañeras que quieran entender mejor por qué la prensa de Luksic y otros medios de comunicación monopólicos me han puesto en la vitrina para ser apedreada públicamente.
Lo primero es porque les hemos golpeado y les ha dolido. Han tratado de una y mil formas de expulsar a las casi 200 familias de la Toma 17 de Mayo, desde el terreno que los latifundistas Guzmán Nieto tenían abandonado, donde por décadas había un microbasural, y nosotros con mucho trabajo, lo convertimos en nuestro hogar y nuestra comunidad. Nos quieren expulsar para hacer crecer allí su millonario negocio rentista, nada más que para eso. Y un grupo de gente sin casa de la Toma 17 de Mayo se los está impidiendo.
Nos buscan aplastar en la carnicería de las redes sociales, porque les hemos golpeado nosotros antes y les ha dolido porque ni con sus juicios ni con sus abogados más “expertos” han podido sacar a las familias que vivimos aquí, quienes lo único que buscamos es vivir con dignidad. Por qué esta lucha amplió nuestros sueños, como dicen mis vecinos. No nos conformamos con soluciones indignas, creemos que la vivienda es un derecho y bregamos por vivir en un barrio con dignidad.
Y por eso ahora para expulsarnos a los miles de pobladores de las tomas y campamentos de nuestro país, necesitan incluso modificar la ley a su favor. Necesitan el proyecto de ley antitomas. Necesitan meternos a la cárcel o necesitan permitir que sus matones armados operen con impunidad en “defensa propia privilegiada”. Una de dos o las dos. Si esta ley ya estuviese aprobada seguramente no podría estar escribiendo esto, estaría en la cárcel o peor.
Y cuál es mi crimen en todo esto: haberme decidido a vivir en la Toma 17 de Mayo. Ayudar a organizarse a mis vecinas y vecinos y darles valor y esperanza en recuperar su dignidad. Dejar crecer en mí el que me movilice el interés general por sobre el personal. Utilizar mis estudios para ponerlos al servicio de la lucha por nuestras casas. Tratar de cuidarme como luchadora social usando el nombre de Gloria.
Quiero decir, que me siento profundamente agradecida de los pobladores, de lo mucho que me han enseñado, de su vida como ejemplo de forja, tan manoseado a veces, por quienes no se esfuerzan por empaparse de la vida de los más pobres. Les vuelvo a decir que me siento profundamente orgullosa y reafirmada en ellos.
Soy profesora, periodista y archivera, tuve la oportunidad de estudiar. Trabajo desde los 12 años, mis abuelos y mi familia son expresión de ese pueblo trabajador totalmente probo ante las cosas más importantes de la vida y me enseñaron a relacionarme con los demás con respeto y siempre buscando aportar. Quizás por eso me duele y me enrabia el alma ver como los más grandes avarientos han podrido esta sociedad hasta el tuétano y han roto tantas vidas.
El sueldo que tenía no era regalado. Llevaba casi más de 20 años honrando la función pública y social, esa que debe servir a las personas. Y entiendo perfecto la diferencia entre la empleocracia que funciona a través de favores y pitutos y entre ese conjunto de compañeros de trabajo -como mis compañeros de cultura, que hoy se encuentran movilizados por justas demandas laborales-,a quienes me tocó conocer en la informalidad laboral. Trabajadores, que a pesar de toda la casta parasitaria de políticos, hacen que el país funcione en cierto grado, quienes ven a diario la malversación de fondos públicos y tienen que callar.
Nunca he tenido un pituto político. No le debo ningún favor sucio a nadie. Cada trabajo que he hecho ha sido bien realizado y bien evaluado. No trabajo para el gobierno. Ni este ni el anterior ni ningún otro. Ni contratos falsos ni boletas truchas. Todo lo que se diga al contrario es mentira.
No encontrarán falta ni delito ni deslealtad en nada de lo que he hecho, a menos que tomen la posición de que luchar es un crimen y me persigan políticamente por eso.
A mis compañeras y compañeros de lucha, les quiero abrazar y me gustaría decirles que ojalá no les pase a ustedes algo así. Pero en realidad les tengo que decir que tenemos que aprender a cuidarnos mejor, porque estas cosas sí van a seguir pasando. Estas campañas de mentiras, tergiversaciones o condenas sumarias seguirán dándose. Así tengan que usar a su prensa, a sus paramilitares o sus golpes de estado. O todo eso junto. Porque quienes las empujan no están dispuestos a ceder ni un milímetro el resguardo de sus intereses mezquinos y sin limites, me reafirmo en la brega por que nadie escupa sangre para que otro viva mejor.
Una primera reflexión que les quiero dejar, compas, es: Con qué facilidad se atribuyen conductas criminales a quién lucha. No hay consulta. No hay defensa. Solo hay condenas. Tenemos que hacernos conscientes de esto y aprender a cuidarnos cada vez mejor.
Una segunda reflexión: Esta campaña en la prensa está acompañando la ofensiva por la aprobación de la ley-antitomas. De mi parte, creo que esto es lo más grave. Porque es una Ley anti-pueblo, que lamentablemente no persigue la sinvergüenzura de unos pocos que hacen ocupaciones para lucrar, sino que en realidad este proyecto de ley persigue la lucha popular por tierra, vivienda y los demás derechos sociales. Si lo que buscan es que nos desunamos, debemos hacer todo lo contrario. Si lo que buscan es que bajemos los brazos, debemos hacer todo lo contrario. Si lo que buscan es hacerme caer, tengo a mis compañeros que me toman la mano para levantarme.
Soy consciente de mis decisiones y asumo mis actos, reconociendo también mi ignorancia e ingenuidad política en algunas cosas. Así también asumo como un costo de la lucha lo que me está pasando a mi y a mi comunidad de la Toma 17 de Mayo: Si peleamos con perros grandes, no se puede salir sin ningún rasguño.
Y al mismo tiempo, también me reafirmo en que parecen temibles pero en realidad no lo son, sus fundamentos son totalmente incoherentes e injustos, por eso les cuesta cada vez más justificar sus acciones. En cambio nosotros estamos del lado de la verdad, nosotros defendemos la vida, por eso nuestra lucha tiene la firmeza de una roca, porque es justa.
Les quiero invitar, compas, a hablar sobre estos temas y que sirvan para preparar mejor las luchas por venir. Porque esta ley maldita no puede ser aprobada y depende de lo que cada uno pueda hacer para impedirlo.
Les abrazo con cariño y les agradezco que me hayan leído. Nos seguimos encontrando en la lucha.