Bitácora de triunfos populares: Nelson Mandela, la lucha de un hombre indomable
2 minutos de lecturaHay tipos que no le temen a la muerte y se juegan la vida para que un mundo mejor sea posible. Uno de ellos fue Nelson Mandela, ese negro del pueblo llamado xhosa (muy vinculado con los zulúes) que asumió -por sufragio universal- la Presidencia de Sudáfrica un 10 de mayo de 1994, tras estar en prisión 27 años bajo el régimen racista del apartheid.
Durante décadas enfrentó al gobierno que había institucionalizado el racismo y la desigualdad social que favorecía a la minoría blanca de la nación, donde mayoritariamente residen los zulúes cuyos guerreros ya habían desafiado a las ametralladoras del colonialismo inglés en 1870.
Mandela supo conjugar todas las formas de lucha popular ya que integró el Congreso Nacional Africano, partido que promovía el cambio de régimen y con el cual ganó la Presidencia, a la vez que fundaba y dirigía la organización guerrillera Umkhon we Sizwe (Lanza de la Nación). En 1962 fue detenido y condenado a prisión perpetua. En 1990 un gigantesco estallido social -con masivas protestas y ataques a cuarteles policiacos- sumado a las presiones internacionales obligó al gobierno a liberarlo. El otrora poderoso régimen comenzaba su derrumbe, impulsado por las tropas internacionalistas de Cuba que derrotaron decisivamente al ejército sudafricano, cuando en 1988 los supremacistas blancos invadieron Angola que luchaba por su independencia.
En el 2010, Sudáfrica albergó el Mundial de Rugby. Mandela -feliz porque su país había ganado el campeonato- asistió con una sonrisa a la entrega del trofeo a Francois Pienaarl capitán del equipo sudafricano, los famosos Springboks. Tal gesto selló en buena parte la reconciliación, ya que ese equipo (en su mayoría integrado por blancos) había recorrido durante meses ese gigantesco país para enseñar hasta en las más remotas aldeas los rudimentos de ese deporte de bestias jugado por caballeros.
El escritor alemán Bertold Brecht no conoció a Mandela pero -sin duda, pensando en personas como él- escribió: “Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.
Por Ariel Poblete, periodista, especial para nuestropais.cl