Estados Unidos cerró la puerta a millones de argentinos por estar vacunados con la vacuna rusa
4 minutos de lecturaA partir de este lunes solo pueden entrar a EE.UU. los que tengan dos dosis de vacunas aprobadas por la OMS.
El vuelo de American Airlines proveniente de Ezeiza aterrizó en el aeropuerto John Kennedy de Nueva York el domingo, pocas horas antes de que entraran en vigor las nuevas reglamentaciones de ingreso de extranjeros a los Estados Unidos, que por ahora cierran las puertas de ingreso a millones de argentinos que no tienen las vacunas autorizadas para entrar a este país.
Apenas tocó pista, en la aeronave se escucharon algunos aplausos, como suelen celebrar los compatriotas los aterrizajes, pero esta vez fueron también de alivio: habían logrado llegar justo al límite para poder vacunarse.
En este avión, y en otros pocos que arribaron el domingo, llegaron los últimos compatriotas que han recibido la Sputnik V y que vinieron a aplicarse una dosis de algún laboratorio que les permita viajar sin problemas por el mundo, sobre todo a Estados Unidos.
Es que a partir de las 0 horas de este lunes, 8 de noviembre, entró en vigor una reglamentación de la Casa Blanca que dispone que solo podrán ingresar al país los pasajeros “totalmente vacunados” con inmunizaciones autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (Pfizer, Moderna, Johnson & Johnson, AstraZeneca, Sinopharm y Sinovac), después de 14 días o más de la segunda dosis. Y los que fueron vacunados con la monodosis de J&J también luego de ese lapso.
La rusa Sputnik, con la que están inmunizados millones de argentinos y que por ahora no ha sido avalada por la OMS, queda fuera de la lista. Tampoco se acepta el ingreso con combinaciones que contengan alguna dosis de vacunas no autorizadas, como por ejemplo Sputnik y Moderna o Sputnik y AstraZeneca. Igualmente, todos deben presentar para viajar un test PCR o antígeno hecho 72 horas antes de la salida.
Por las nuevas medidas estadounidenses, y a pesar del elevado costo de los pasajes, los vuelos salieron abarrotados de Ezeiza estos últimos días. Para los aviones de American que aterrizaban el domingo, hubo colas de hasta 100 metros para hacer el check in, con dos vuelos a Miami y uno a Nueva York.
Ezequiel, 47 años, llegó a Manhattan en el vuelo 954 de American. Había comprado un pasaje apenas dos días antes de partir. “Vi la oportunidad y me decidí a último momento”, cuenta a Clarín. Su objetivo es poder vacunarse contra el Covid 19 con la monodosis de Johnson & Johnson que, como está avalada por la OMS, es aceptada sin problemas en la mayoría de los países.
“Tengo dos dosis de Sputnik y siento que estoy atrapado si quiero viajar. No podría venir más a Estados Unidos y tampoco sé qué pasará en Europa, porque no todos los países dijeron que la autorizaban”, agrega.
A fines de octubre, la Unión Europea recomendó la entrada de argentinos sin limitaciones, pero cada país debe decidir si avala esa medida.
Los argentinos que llegan a vacunarse vienen por pocos días. En las colas del check in y durante el viaje era el tema de conversación excluyente entre los pasajeros. En el avión viajaba una madre que en Ezeiza se despidió de su marido y sus hijos por tres días. Tenía dos de Sputnik y, como la mayoría, buscaba la J&J.
También una pareja de mendocinos que hacían escala en New York, luego iba a Hawaii y a Miami. Ella tenía una dosis de la vacuna rusa y la segunda de Moderna. La duda, para ella, era si aplicarse una segunda dosis de Moderna o una de J&J.
Pero conseguir la vacuna monodosis no resulta ahora tan sencillo. Meses atrás, se ofrecía por las calles en farmacias, puestos callejeros ubicados en sitios turísticos y en estaciones de trenes y ómnibus. En Nueva York, por ejemplo, hasta regalaban 100 dólares a los que se la aplicaban.
Pero estos días ya no se ven tantos puestos en la calle (y aplican por lo general Pfizer) y hay escasas farmacias o vacunatorios donde se suministra la J&J.
En lugares no tan turísticos, como Washington y alrededores, la monodosis es muy difícil de conseguir y hay que buscar con dedicación en aplicaciones específicas que las ubican a veces en vacunatorios a una hora de distancia, algo impensado meses atrás.
Los últimos argentinos que llegaron a vacunarse estos días, justo al límite de las nuevas medidas, tendrán que buscar con dedicación para regresar con su monodosis.