Un análisis sobre «Primarias Apruebo Dignidad»
8 minutos de lecturaPor Antonio Almendras Historiador y politólogo
Primarias Apruebo Dignidad.
“Este no es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; es un gobierno de las corporaciones, por las corporaciones y para las corporaciones.”
Rutherford Hayes (1886).
¿Qué es lo no convocante al momento de proponer cambios estructurales en una sociedad tan desigual como la chilena? ¿Es el fondo? (Programa le llaman, que suele no leerse, salvo la militancia responsable y aquellos que trabajan con estos insumos) ¿o las formas? no gentiles, no subalternas, contestatarias, en el marco de los usos sociales que imponen los dispositivos que reproducen la cultura oficial.
Si Jadue quiso identificarse con la revuelta y sus demandas, por qué razón la calle le dio la espalda y prefirió un relato amigable – al menos no destituyente – con el establishment (en las formas ¿qué duda cabe?; en el fondo todo estará por verse).
Es impresionante como ni las encuestas, ni la sensación ambiente son capaces de capturar las genuinas preferencias electorales; siempre en Chile durante los últimos años ha existido un voto silente, un “voto oculto” [Es aquel voto que el elector pese a saber con certeza por quien sufragará en las elecciones, no lo manifiesta abierta o públicamente o incluso miente cuando surge la pregunta en alguna reunión privada o cuando algún encuestador le solicita manifestar su intención de voto para un estudio de medición], en la medida que no hace explicita su preferencia o no recurre a la vociferación ni a las verdades definitivas que campean en las redes sociales. Todos tenemos un voto oculto, cercano a nuestras redes sociales, familiares y afectivas.
Las elecciones primarias sorprendieron, sin lugar a duda, ni los propios frenteamplistas pensaban que el resultado electoral sería tan rotundo a nivel nacional y particularmente en los grandes centros urbanos, ni siquiera en Recoleta Jadue fue capaz de marcar diferencias sustantivas. ¿Qué paso?
Acá intentaremos esbozar un relato/respuesta exploratoria sabiendo que el análisis nunca es capaz de atrapar a la totalidad del devenir político/social. Sin lugar a duda que estamos en presencia de respuestas multicausales entre las cuales comparecen en primer lugar el vínculo que el electorado observó con el candidato de Chile Digno, Verde y Soberano. Su vocación destituyente era clara, el propósito de desmantelar el modelo neoliberal y su opción por verbalizar su defensa de todos aquellos a quienes el actual gobierno vulneró sus derechos más básicos, generándoles ceguera, lesiones físicas, heridas invalidantes y un uso y abuso de la prisión preventiva interpretada como castigo de parte de los poderes del Estado hacia los protagonistas callejeros activos de la protesta. Jadue trato de captar el malestar y la rabia de la manifestación callejera, de aquellos sectores sociales vinculados al sujeto popular más rupturista y su afán no tuvo la respuesta contundente que se esperaba. En las comunas populares donde el estallido social marcó el territorio Jadue no ganó a sus anchas, más bien su triunfo fue discreto, incluida su comuna buque insignia: Recoleta (Jadue: 55,31%; Boric: 44,69%). Es decir, Jadue no marcó diferencias donde había que marcarlas. Al parecer un sector de la protesta callejera rehúye de la forma de partido tradicional, rehúye de los espacios institucionales razón por la cual no se produjo el desplazamiento esperado por el PC desde la calle hacia la urna. En ese marco da la impresión de que el electorado o al menos parte del electorado que votó a los representantes de la Lista del Pueblo para la Convención Constitucional se abstuvo en esta pasada. La Lista del Pueblo es el único sector (no orgánico aún) que instala el relato destituyente y refundacional como una de sus prioridades políticas y que curiosamente es visible y protagonista en la Convención Constitucional pero no logra permear con la contundencia requerida al sistema de partidos; no obstante prepara su aterrizaje en ese campo en el que hasta ahora descree: “Hemos decidido recuperar todos los espacios políticos para el pueblo en las elecciones parlamentarias, de consejeros regionales y presidenciales, sin alianzas, ni pactos con partidos políticos tradicionales” [Declaración de la Lista del Pueblo 14/06] dejando en evidencia la lejanía y la disociación que existe entre el mundo “independiente” y el actual sistema de partidos.
Otro factor para tener presente es el “voto prestado” [“voto que emite un elector en favor de un candidato que no es de su domicilio ideológico o de su preferencia partidaria y únicamente vota por él, con el propósito de derrotar a otro candidato que le genera rechazo/animadversión”] que al parecer contribuyó a aumentar el caudal de votos del candidato Boric, que no logra percibirse como una amenaza para el establishment [El Lunes 19 la Bolsa de Santiago reaccionó con ganancias a las primarias presidenciales y fue la plaza de mejor desempeño del mundo ese día. Por otra parte, y en el mismo sentido Juan Sutil, el capo de la patronal CPC (Confederación de la Producción y del Comercio) destacó el triunfo de Boric en la primaria de la izquierda “por su voluntad democrática e institucional” y asevero que “este resultado descarta un discurso más rupturista, más extremo que expresa el PC”]. No olvidar que el propio Boric por segunda vez le cierra el paso al PC, la primera vez derrotando a Camila Vallejo en la FECH (periodo 2011 a 2012) y ahora a Daniel Jadue, un candidato bien aspectado electoralmente desde su experiencia alcaldicia en Recoleta. Y en ambas oportunidades capitalizó a su favor el “voto prestado”. De cualquier modo, Boric alcanzó tan nivel de apoyo electoral que el voto prestado más bien lo que hace es visualizar la distancia entre las preferencias electorales, obtener un 60% de respaldo es de una fortaleza electoral (más de 1 millón de votos) que lo instala como un político con peso propio a tener en cuenta y no reducir sus éxitos electorales a pura performatividad e imagen proyectada, incluidas las “maniobras electorales” (sopaipillas mediante) de las que es muy astuto para utilizarlas a su favor.
Todo indica que un porcentaje significativo de los “territorios, movimentalidades, pueblos/nación, e independientes” no participó en la primaria de Apruebo Dignidad (el 78% del universo electoral se restó), persiste la idea y a estas alturas convicción que el sistema de representación no conduce a los cambios estructurales que ellos demandan y sobre todo no se hace cargo del tema de hacer justicia con todos aquellos que han visto atropellados sus derechos en el contexto de la revuelta popular. Ahí la izquierda clásica tiene cuentas pendientes, cómo seducir/convencer que el sendero de la institucionalidad eventualmente puede arribar a buen destino y satisfacer los cambios estructurales que se demandan y ejercer justicia con aquellas víctimas de los atropellos a los DDHH. Lo que prevalece en la Lista del Pueblo es el espíritu destituyente que el sistema de representación una y otra vez ha bloqueado. Desde esta perspectiva la Lista del Pueblo y sus seguidores vieron en las primarias la ruta del 15/11 y no el espíritu destituyente del 18/10.
Por otra parte, Jadue fue capaz de capturar el “voto programático” que va más allá del voto militante [el PC movilizó alrededor de 670 mil votos, 100 mil más que en las municipales]; se entiende por voto programático el que ejerce un elector orientado por el programa político que postula o presenta un candidato, partido o alianza de partidos y movimientos sociales; en este caso se manifestó un vínculo afectivo atávico que existe entre el elector y el partido comunista y la relevancia de factores como la clase social y menos vinculante fue aquella perspectiva que ve en las elecciones un mecanismo de rendición de cuentas, a través del cual los electores pueden premiar o castigar a los políticos por su gestión – en este caso – a nivel comunal, que no se vio correspondida en el caso de Jadue – que fruto de la campaña y del trato de un periodismo premeditadamente hostil se percibió como soberbio en ocasiones, dubitativo en otras – dado que en Recoleta no marcó grandes diferencias respecto a las preferencias que obtuvo Boric. Jadue se perfiló – estrategia comunicacional de la prensa oligopólica mediante – ante las audiencias como una persona “incorrecta” en la relación con los periodistas – más allá de lo poco profesional del periodismo de trinchera – y el mismo decidió suspender una serie de entrevistas y compromisos que afectaron su campaña. Si Jadue no hubiera cometido los errores que cometió – tema “drogas”, tema “pymes”, tema “ley de medios” – lo más probable es que hubiese ganado o al menos su derrota no hubiese resultado tan categórica. Jadue hizo un discreto remate de campaña, mientras Boric – sin un periodismo hostil que lo acechara – sacaba provecho de esas vacilaciones.
Desde ahora en adelante correrá mucha agua bajo el puente, cualquier análisis concluyente y definitivo en lo electoral será solo un acto de atrevimiento carente de rigor. Hoy ni siquiera conocemos los nombres de todas las candidaturas presidenciales que estarán en la papeleta el 21 de noviembre, estimo que los candidato(a)s presidenciales se aproximaran a los dos dígitos, sume a los candidatos de las primarias presidenciales recientemente ejecutadas (Sichel y Boric) a José Antonio Kast [ Partido Republicano], Eduardo Artés [Unión Patriótica], Franco Parisi o Gino Lorenzini [Partido de la Gente], Cristián Contreras [Dr. File/ Centro Unido], la candidata de Unidad Constituyente Yasna Provoste o Paula Narváez o ambas, el candidato o candidata de la Lista del Pueblo, y candidaturas independientes sin respaldo formal de un partido que deberán presentar la firma de personas no militantes al SERVEL. Entre quienes están en el proceso de solicitar patrocinios ante el SERVEL para inscribir candidaturas presidenciales están: Tomas Jocelyn-Holt, Bernardo Javalquinto y alguna sorpresa de última hora. Lo que podríamos afirmar con cierta verosimilitud es que se atisba una disputa a tres bandas, un bloque que tiene cierta ventaja por su exitosa performatividad electoral en primarias: Apruebo Dignidad, encabezado por Boric, que dispone de un estimable piso de un millón de votos ya, y otras dos candidaturas que probablemente se disputaran el segundo lugar: la derecha que intenta aggiornarse con un candidato cuya mayor “virtud” es un constructo mediático de una biografía que dista de la elite y que se construye performativamente como ejemplo de “meritocracia”; y el espacio centrista conformado por una contrariada ex Concertación que se resiste a abandonar los salones y pasillos del poder, ofertando un rostro de mujer. Con ese marco inicial, es difícil pensar que habrá ganador(a) en primera vuelta; de allí es que resulta interesante visualizar quienes eventualmente conquistarán las dos primeras mayorías y que porcentaje de votos morderán por la extrema derecha José Antonio Kast y por la izquierda de Apruebo Dignidad el candidato(a) de la Lista del Pueblo. Ahí veremos si el nuevo pacto político triunfante se instala tan lejos o tan cerca del gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.